sábado, 19 de octubre de 2013

Sentimientos ocultos

Siempre que llegan estas fechas me pongo ñoña no...lo siguiente, es la caída de las hojas y la lluvia yo lo sé.
Me gustaría hacer un regalo a una nena muy especial a la que conozco desde hace poco por ello, aprovecho un FF que escribí hace ya mucho tiempo y se lo dedico a ella.
Espero que te guste Andy.


Wookie se encontraba sentado en un banco del parque al que tantas veces había ido de pequeño, el otoño caía plenamente sobre la ciudad en forma de hojas de matices marrones, naranjas y amarillos, alfombrando el suelo.

El viento frío, hacía que se encogiese debajo de su gabardina, y metiese sus gélidas manos en los bolsillos, no tardaría en llegar, la estaba esperando hace media hora pero en su interior sabía que ella no le fallaría y se presentaría.

La había llamado en cuanto había regresado, era la hora de sincerarse con ella, la había amado en secreto durante todos estos años, pero las circunstancias le habían llevado lejos de ella, sin dejarle la posibilidad de confesárselo, ahora que regresaba un tiempo de nuevo a su casa, para pasar las vacaciones de navidad era el momento.

Los minutos iban pasando lentamente, en aquel lugar solitario, tenía su vista perdida en el lago central, los patos nadaban rápidamente para refugiarse en su cálido nido.

Las hojas eran arrastradas por el viento, formando remolinos, se entretuvo en mirar como se movía una bolsa de basura blanca, y se preguntó si estaba haciendo lo correcto, su paciencia se estaba agotando, apenas notaba su nariz, debía estar roja, como acostumbraba a bajas temperaturas.

Entonces se dio cuenta de que ella estaba en frente de el, mirándole con los ojos entornados, estaba tapada con una bufanda hasta la nariz, y su abrigo negro le llegaba hasta los pies, el pelo largo y castaño jugaba con el viento de aquella tarde, le pareció la chica más preciosa del mundo, en realidad siempre se lo había parecido.

Ella se acercó despacio hasta donde estaba sentado él, y se quedó de nuevo inmóvil, observándole.

Por unos instantes no sucedió nada, el seguía sentado fijándose de nuevo en los ojos de ella, sin poder moverse, mezcla del frío y de la emoción, con el sonido del viento de fondo.

Hasta que ella sacó una mano del bolsillo y se bajó la bufanda

-¿No saludas a tu mejor amiga?-le preguntó, con una tierna sonrisa.

El se levantó y la abrazó con fuerza, cerrando los ojos, quería sentirla de nuevo entre sus brazos.

Andy -le susurró apretando su cabeza sobre su pecho.

Ella se separó lentamente.

A: Te invitó a un café

El asintió y uno al lado de otro, caminaron en silencio hasta la cafetería donde tiempo atrás, habían pasado tardes enteras, hablando durante horas.

A: ¿La recuerdas?- le preguntó mientras una bocanada de vaho salía de su boca

El se limitó a sonreírla.

Entraron, y notaron el confort del cambio de temperatura, buscaron una mesa, apartada, para poder hablar a gusto, a esas horas estaba bastante concurrido, la gente charlaba mientras degustaba un café o un chocolate caliente acompañado de churros o cualquier otro dulce.

Andy  se desprendió de todas las prendas contra el frío y el hizo lo propio, una vez sentados la situación se presentó un tanto incomoda, aunque ella con su habitual manera sonrió y empezó a hablar.

A: ¿Bueno y que tal el viaje?

W: Bien el viaje no estuvo mal del todo, quería volver después de tres años sin poder hacerlo

A: Ya supongo...aquí tienes a tu familia...

W: Si...pero también tengo a alguien más-dijo sonriéndola

A: ¿A que te refieres?

Tal vez había llegado el momento, tantos años esperándolo, y ahora parecía que no tenía las fuerzas necesarias para hacerlo.

El camarero se acercó a su mesa y pidieron.

W: No, no me estaba refiriendo a nada en especial-contestó el, sonriéndola

Ella suspiró y no dijo nada.

Siguieron hablando de los años que habían pasado juntos en ese barrio, habían jugado de pequeños y a medida que crecieron la amistad se afianzó, habían compartido todo, se habían ayudado en los malos momentos, reído juntos, en los buenos y la confianza iba en aumento año tras año, el no sabía exactamente el momento en el que se había enamorado de ella, tal vez fue el día que ella le contó que tenía novio, entonces sintió una punzada en el pecho, aunque se alegró por ella y la deseó suerte, en su interior empezó a librarse una batalla, procurando siempre que ella no lo notara.

El camarero volvió con lo que habían pedido.

Wookie cogió la taza con ambas manos y sintió como el calor traspasaba su piel, reconfortándole, se la acercó a la nariz y aspiró el cálido aroma del cacao.

Ella sujetó la taza con una mano, cogió la cucharilla y empezó a remover lentamente, mientras le observaba.

W: ¿Que miras?-le preguntó extrañado

A: A ti-le contestó pícaramente

W: ¿Y eso?- preguntó con una sonrisa

A: Te noto cambiado... no te habrás enamorado de alguna chica por ahí, y no me lo has dicho ¿verdad?- le picó

W: Nooooo-rió-¿por que lo preguntas?

A: Porque te conozco- le dijo muy segura.

W: Tal vez me haya enamorado de alguien- le confesó

A: Lo sabia- dijo haciéndose la interesante.

W: Jajaja...tu que vas a saber...- la dijo avergonzado, dándole un pequeño empujón con la mano.

Se rieron relajadamente

Y continuaron tomándose lo que habían pedido, hablando de la cantidad de acontecimientos que en sus respectivas vidas habían sucedido, ya había oscurecido cuando decidieron salir de la cafetería, estaba lloviendo, pero a los dos les encantaba pasear bajo la lluvia, así que se encaminaron hacía sus casas que estaban próximas, pasearon sintiendo como las gotas de lluvia les mojaban

 

A: ¿Y cuando me la vas a presentar?- preguntó la chica de repente.

W: ¿A quien?-le contestó extrañado.

A: A tu novia-rió

W: Ah....no se...- dijo bajando la cabeza, se estaba desesperando, por más que deseaba decírselo, sus miedos afloraban una vez más.

A: ¿Eh...te pasa algo?-se interesó, mientras hacía que se parase y le cogía el mentón para  levantarle la cabeza y que la mirase.

W: Estoy enamorado de ti- no sabia como habían salido esas palabras de su boca.

La chica tragó saliva y apartó lentamente la mano, se quedó paralizada sus labios se entreabrieron, le miró fijamente, mientras las gotas de lluvia la empapaban.

Wookie la sonrió con dulzura y levantó su mano lentamente para acariciar su rostro, ella cerró los ojos y recordó el día que se dio cuenta de lo profundamente enamorada que estaba de él, fue ese día en la estación de autobuses cuando vio como se alejaba, despidiéndose con la mano, en aquel momento se sintió desesperadamente sola, hubiera echado a correr detrás del autobús, para impedir que se fuera, pero sabía que ser cantante era el mayor sueño del chico y que en ese pueblo no habría ninguna posibilidad para el.

A: Te necesito- le susurró ella pegándose a su cuerpo, el se quedó sorprendido, su corazón palpitaba fuertemente, hizo el ademán de hablar pero ella le paró posando el dedo índice sobre sus labios.

Wookie estaba confuso, pero ella empezó a hablar.

A: Eres mi mejor amigo...en realidad eres mi único verdadero amigo, pero ahora sé que eres algo más que eso, eres mi vida así que prométeme que nunca más me dejaras sola-una lágrima brotó de sus ojos confundiéndose con las gotas de lluvia. Deseaba tanto que el la abrazara, bajo esos fuertes brazos se sentía inmensamente protegida.

 W: Lo siento tanto-le dijo, apenas podía respirar, y como si pudiera leer la mente de la chica, la apretó contra el con fuerza.

No sentían la lluvia caer sobre ellos, solo sentían el sonido de sus corazones que palpitaban con fuerza, a través de los abrigos, se quedaron así un rato sintiendo que ese momento lo esperaban desde hace mucho tiempo, poco a poco se separaron, el le cogió la cara con ambas manos y fue acercando su rostro hacía el de Andy , sintió el cálido aliento de su boca al posar sus labios sobre los de ella.

A: No quiero que me malinterpretes, siempre te apoyaré para conseguir tus sueños pero cuando te fuiste...- continuó Andy , una vez se habían separado, entristeciéndose.

W: Pero ya estoy aquí de nuevo- la dijo dándole la mano

Ella le miró y sonrió, apretando su mano, siguieron caminando hacía sus casas, seguirían siendo los mejores amigos siempre.

 

Nunca esperes a decir a alguien que lo amas porque nunca sabes si ese alguien puede estar esperando oírlo.


Si es dulce como él solo pero es que ves a los protas y te dan ganas de adoptarles



Tengo que retomar los FF a medio terminar porque me está empezando a picar el gusanillo otra vez

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