viernes, 28 de octubre de 2011

Con los muertos no se juega

Hace bastante tiempo, cuando tenía unos 16 años que soy seguidora de un par de escritores llamados Andreu Martin-el serio y Jaume Ribera-el..loco, aunque qué hago yo etiquetando a esta gente si son originales en sí mismos. Me mandaron en el Insti un libro llamado "Todos los detectives se llaman Flanagan" yo, sin saber que años más tarde podría hablar con los propios autores, firmarme los libros de la saga y conocer gracias a ellos a mi niño. El caso es que a parte de las novelas jubeniles, también escriben libros mucho más serios, pero encontré el punto justo de risas y misterio de "huelebraguetas" en la Saga del detective Angel Esquius, ayer a las 12.30 de la noche estaba yo en mi cama, oyendo un mosquito "tocándome los...." en mi oreja, pero casi que me daba igual porque no podía parar de reir. Por eso me gustaría compartir el fracmento en cuestión, por si..a ver si alguien se anima y le pica (el mosquito) el gusanito de comprar los libros para seguir leyendo. "Después de estar casi una semana instalado en casa de las Fochs, Octavio había empezado a relajarse. En parte porque las comunicaciones del acosador eran muy espaciadas (sólo dos llamadas en cinco días) y en parte porque ni su estampa, ni su ropa cara, ni su enorme pistola parecían tener sobre Felicia los efectos afrodisíacos que él había anticipado en sus fantasías. El hecho de estar protegiendo a una clienta y no a una amante voraz hizo que se fuese abandonando cada vez más. Hoy te quitas la chaqueta porque hace calor, mañana te aflijas el nudo de la corbata,que te ahoga, pasado mañana no te duchas, y así sucesivamente. Si los primeros días habiía dormido en una silla, vestido, para estar listo para la acción, la noche anterior habia decidido que se podía permitir el lujo de echarse en el sofá y aligerarse un poco de ropa, para estar más cómodo. Estaba bien dormido y calentito, soñando proezas sexuales, cuando sonó el teléfono móvil de Felicia en su habitación. Eran las dos de la madrugada. Felicia se despertó de golpe y empezó a chillar, básicamente porque eso era lo que hacía siempre que oía el teléfono desde que empezaron las llamadas del sátiro, y más a aquellas horas. Abajo, el grito de Felicia despertó a Octavio. Convencido de que alguien había entrado en la habitación de la actriz y la estaba violando con instrumento horrorosos, cogió la pistola, subió al piso a toda velocidad e irrumpió en la habitación, que estaba a oscuras,emitiendo rebuznos amenazadores. -¡¡Al suelo!!- me contó Beth que gritaba Octavio-. ¡Al suelo con los brazos y las piernas abiertas o te mato! Según Beth, era como un asalto de los GEO, pero en calzoncillos y camiseta imperio. A Felicia le había faltado poco para hacerse añicos las cuerdas vocales al aumentar doscientos decibelios el volumen de sus gritos. Muy obediente, convencida de que había llegado su hora, se tumbó en el suelo, boca arriba, se levantó el camisón y abrió brazos y piernas, resignada al sacrificio. Cuando Octavio reparó en ello, no sabía qué hacer. Salió de la habitación diciendo:"¡Que no, que no, que soy yo!" y ella no se atrevía a moverse, con los ojos cerrados, "¿Quién es, quién es?" -No, espera- decía Beth, al ver que ya empezaba a reír, como aplaudiendo al final de un buen chiste-. Que no he terminado, Que entretando, el teléfono seguía sonando. Total, que Octavio acaba contestando y oye la voz del acosador, aquella voz metálica que tiene, diciendo guarradas:"Dile a Felicia que se desnude, que voy", o algo por el estilo, y Octavio se puso a grabar la llamada y le pegó cuatro gritos amenazadores al acosador y éste la contestó muy tranquilo y relajado, riéndose de él y diciéndole que no le servirían de nada los " gigantones", ya sabes cómo habla, a Octavio le llama gigantón, que los tenía a todas contorlados, que ahora mismo les estaba viendo desde su escondite. Y le dijo algo así como:"Vas en calzoncillos, imbécil", o sea, que era verdad que le estaba viendo. Octavio miró por la ventana y localízó un cohe aprcado en una calle cercana a la ubanización, dentro del bosque, con la luz interior abierta. Como estaba decidido a hacerse el héroe, salió a la carrera..........." ".............-Bueno pues ya me tienes a Octavio saliendo de la casa y corriendo descalzo por el jardín, hacia el bosque, clavándose piedrecitas y pinchos de pino en los pies... Reíamos a carcajadas. -¡Pero el coche no podía ser del acosador!-protesté. Supe que había acertado al ver la expresión de alegría de Beth. A beth, los éxitos de los otros, por modestos que sean, la hacen feliz. -¿Ves como eres superdotado?-dijo-. ¿Cómo sabes que no era el acosador? -De entrada, porque sería lo priimero que me hubieras dicho. "Hemos detenido al acosador" Segundo, porque me extrañaría que un tipo que toma tantas precauciones como éste cometiese un error semejante. ¡Plantado a la vista de la casa y con la luz encendida!¡Sólo le hubiera faltado poner una flecha gigante de neón encima del coche para señalarlo! -¡Tienes razón! Dentro del coche, había una pareja, digamos que en una catitud muy íntima, digamos que lo más cerca que pueden estar dos personas. Y de repente se les aparece por el parabrisas un tío despeinado, congestionado, medio en pelotas, y armado con una pistola como un antiaéreo. "Ya eres mio hijo de puta!", que el pobre fornicador seguro que tiene problemas de impotencia el resto de su vida. y encima, como se ve que la chica estaba casada, ese chico se pensó que Octavio era su marido y se puso a chillar mientras salía del coche a cuatro patas:"!Lo siento mucho, ha sido culpa de su mujer, ella me ha seducido, ella me ha arrastrado, yo no queria, no me mate, por favor!" Cuando Octavio volvió a la casa, después de una serie de explicaciones confusas y con la cara entera sólo gracias a que iba armado, se encontró a Felicia encerrada en un lavabo interior............." "...............- Ostras, ¡vaya cacao!- concluí. - No, no, espera, que no se ha terminado. -¿Aún no? No, aún no había terminado." Que hilarante todo, menos mal que obvio el libro a ratos se pone serio, para eso es Novela Negra, pero después de estos episodios tengo que recuperar la compostura para concentrarme en el crimen en cuestión.

lunes, 10 de octubre de 2011

Mi nene

Para los que se preguntan, si es que alguién lo hace, el porqué del fanatismo hacía mi novio e aqui una prueba irrevocable.Imposible de terminar de leer su relato, por la risa que me causaba. Y sigo enamorada de su forma de expresarse, envidia sana le tengo, si yo pudiera expresar así 5 minutos de mi vida... ALEX: Ahora, aquí, en la soledad de la noche, me dedico a contemplar en silencio el infinito, a sentir en mi piel la brisa del mar... y a imaginar que por fin estoy con alguien especial.
Estaba yo repartiendo una bonita publicidad de una clínica dental que anunciaba que dejaba los dientes como perlas suizas, cuando de repente, en uno de los parkings públicos allí ubicados se armó la marimorena.

Un chino con una gran furgoneta parecida a la Ducatto miesense quería aparcar en la tradicional doble fila malagueña, dejando encerrados a otros dos coches. La aparcacoches, evidentemente, le dijo al chino que de eso nada, que ahí no podía dejar su vehículo.

Tras un pequeño intercambio verbal a gritos verduleros, el chino dio marcha atrás a su furgoneta, con tan mala suerte que en ese momento una mujer con un coche verde estaba en su camino y le hizo un bonito boquete parecido a la depresión del Guadalquivir.

Evidentemente, la mujer salió del coche, vio el desperfecto de chapa y pintura, y miró al asiático con una mirada en la que se podía leer que esperaba que le pusieran el culo como la bandera de Japón, pero sin embargo el chino se hizo el sueco y tomó las de Villadiego, dejando a la mujer del coche arrugado negra de furia e indignación.

Tratando de alejarme del campo de batalla, por si acaso se escapaba algún golpe de kárate hacia mi persona, me fui hacia la derecha, donde misteriosamente el suelo era un barrizal más propio de la jungla amazónica y donde había charcos que parecían el lago Victoria. Precisamente en dicho lago-charco había un grupo de moros depotricando en árabe ( posiblemente amenazando con lanzar la Yihad contra el charco ) debido a que al salir del coche se habían hundido en sus aguas hasta el tobillo.

Todo esto paso en unos cinco minutos, y si lo reflejo es para que aquellos que piensan que estoy medio loco se den cuenta que, tras las cosas que me pasan a diario, demasiado cuerdo estoy.